Me cuesta
enfrentarme a una hoja de Word en blanco escribo desde la cama de la residencia. No entiendo porqué pero todo este espacio que queda por rellenar me da un poco de respeto.
Hoy toca cocinar, nos acabamos de despertar con un hambre atroz y Óscar y Sergio se han ido al supermercado a por comida ya que son las 15,00 de la tarde en este momento y para ir a comer por ahí pues, es un poco tarde. Yo me he quedado en la residencia escribiendo estas líneas y en un rato las iremos a publicar en el blog..
El fin de semana hay ido bastante bien. El viernes había una reunión de todos los profesores y educadores de la ciudad para evaluar sus trabajos desde el inicio del curso hasta ahora y por eso no tuvimos clase. En el proyecto en el que estoy aprovecharon para montar una mañana deportiva en una cancha que era como jugar encima de un brasero por que hizo una calor...lo peor según cuentan llegará para Semana Santa.
Lo pasé bastante bien, el deporte tiene una fuerza para acercar a todos niños a cualquier actividad que es muy interesante. Por la tarde nos fuimos los tres a la playa de las Peñitas. Las olas eran bastante mas grandes que la vez anterior y lo pasamos como auténticos críos. Cuando llegamos de la playa tuvimos una reunión con la coordinadora para concretar unas cosas del viaje de Semana Santa y después nos fuimos a cenar a un comedor nica que está cerca de casa y que no conocíamos.
El comedor era un sitio muy peculiar, aún no sabemos bien si era realmente un comedor o una granja porque cenamos custodiados por gatos, gallinas y pollos por el suelo.
La comida estaba en un mostrador que daba a la calle y cuando pedimos la cena juntaron los tres platos un encima de otro y al microondas. En el comedor trabajaban solo mujeres pero no sabemos exactamente cuantas ya que la mujer que ponía la comida en los platos cuando necesitaba cualquier cosa gritaba un nombre y otra mujer aparecía de detrás de una cortina. Había tres mesas y llegamos a contar cinco mujeres entrando y saliendo de la cortina previo grito.
Nos duchamos y fuimos a una discoteca con barra libre por unos cinco euros.
Vivimos un acontecimiento que no nos habríamos imaginado en nuestras vidas, a mitad de la noche apareció una charanga con batucada incluida, ni en nuestros mejores sueños vamos. El Serapio y todas esas no sonaron pero si otras que la verdad eran bastante buenas. Sudamos todo lo que teníamos en el cuerpo y, ¡a seguir con la barra libre!.
¿Alguien podría vivir sin música? Los tres compartimos la idea de que no es posible.
La música es un alimento del que cada persona se nutre como buenamente quiere o pude y para los tres es muy necesaria. No acabábamos de encontrar nuestro sitio en los lugares a los que por la noche íbamos hasta el viernes. El reguetón ese que nos aturde a diario dejo de sonar y escuchamos música que nos gustó algo más y gracias a eso y a la cerveza y el ron pues oye, que nos fuimos a casa bien a gusto y otros días no había sido Nos vinimos arriba cuando sonó Rammstein-Du Hast que casi nos la sabíamos nosotros más que los alemanes que estaban a nuestro lado. Un verano casi raye el cd de Live aus Berlín. Seguro que más de una noche a muchos os habrá pasado que logran que en vuestra cara se dibuje una sonrisa cuando ponen esa canción que estáis esperando o que ni se os pasaría por la cabeza escuchar y llega ese momento y...primero te quedas unos segundos parado y luego no puedes parar de saltar, bailar o cantarla.
La fiesta no se alargó mucho, acabamos como ya casi de costumbre comiéndonos una hamburguesas en la hamburguesería de nuestro amigo Sergio, un artista comparable a una hostelera como Alegría del bar Brasil.
El sábado como también empieza a ser costumbre, partido. Nos han apuntado a una liga que monta la Universidad, algo así como el trofeo rector de aquí con unos amigos y ayer debutamos con victoria, 5-6. El siguiente partido no lo podremos jugar porque estaremos rumbo a la zona del Caribe. Óscar mientras tanto se fue de turismo con las chicas pero lo que más les apetecía que era subir a la catedral para ver desde arriba toda la ciudad, no lo pudieron hacer porque llegaron como de costumbre también en este país, tarde. Por la noche había una macro bacanal como aquí las llaman que incluso había actuaciones de reguetón de artistas conocidos, vamos el no va más pero nos quedamos sin entradas así que nos fuimos a conocer la discoteca Bohemio y que lástima que también había barra libre, os podéis imaginar. De allí nos fuimos al Solera previo alto en el camino para la hamburguesa de rigor y de ahí para casa que ya era bastante tarde y estábamos cansados entre otras cosas.
Hemos preparado una ensalada, unas papas fritas y unas pechugas de pollo con pimiento nos hemos vuelto a hartar y ahora en cuanto nos duchemos y nos cambiemos saldremos a dar una vuelta a que nos de el aire y a colgar esta parrafada.
Al final con una hoja no he tenido bastante, nos está gustando esto de que la gente lea lo que escribimos por aquí espero que todo el mundo se haga fan, el reto 50.
Por cierto, la banda sonora de este texto ha sido el disco de Alicia Keys.
Un beso y un abrazo muy fuerte a todos. Miguel